La tierra de hábitos constantes Anders Hill (Ben Mendelsohn) es un padre de familia recién jubilado que decide que ha tenido suficientes hábitos rutinarios en su vida. Abandona a su mujer (Edie Falco) y, en busca de libertad y despojado de las comodidades de su vida anterior, se embarca en un viaje para reconciliar su pasado con su presente.

Critica

Si, es cierto… todos parecen agotados de la vida que llevan. Escasean los propósitos, las metas, así como los anclajes afectivos. Ninguno sabe como gestionar las ausencias, y tampoco las carencias.

El protagonista, incapaz de resolver una relación estable con ninguna mujer, si no es a través del engaño; acusa a su hijo de inmaduro, cuando él mismo va mostrando, a través de un buen puñado de escenas, la evidencia de su fracaso para enfrentarse a un proyecto propio de futuro.

Todos son perdedores de una u otra manera; cada uno ha diseñado objetivos que no alcanzan o que los atrapan en su consecución.

No es una película triste, aunque si desesperada, y sin meta… atrapada en un humor socarrón, que al final sirve como única válvula de escape.